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acto de recuerdo a los desaparecidos. memorial el ojo que llora, lima. Foto: r.m.r.

Día de Muertos: contrastes

Publicado: 2013-11-02


Imagen 1: Un centenar de mujeres, hombres y niños se reúnen en el memorial El Ojo que Llora, en el distrito de Jesús María. Es su manera de recordar a los 15.000 desaparecidos que dejó el conflicto armado interno. El grupo Siembra canta: "Cómo te explico, hijo, este sufrimiento / cómo te cuento, madre, esta angustia inmensa." Y toman la palabra, desnudando sus emociones, entre otros, la hermana de una joven muerta por sobre-bomba, el padre y la hermana de un joven desaparecido en la masacre de El Frontón, la hija de un hombre desaparecido en Hualla, el hijo de un policía asesinado por Sendero Luminoso, la hermana de un joven muerto por el Grupo Colina. Y no lo puedo evitar: me meto en su piel y se me hiela la sangre. Me sorprende: no es un acto con muchas lágrimas. Imagino que se han vertido tantas... Una de las familiares confirma el empeño de todos: "Si no logramos justicia, la seguirán pidiendo nuestros hijos".

Imagen 2: A unos kilómetros, pero sin salir de Lima, miles y miles de personas abarrotan el cementerio de Nueva Esperanza, en Villa María del Triunfo. Hay tumbas cubiertas con piedras pintadas de azul, rosa, blanco, lila o amarillo hasta donde alcanza la vista. Y los visitantes beben, comen, ríen (y lloran, claro), o pagan, si pueden, para que músicos toquen en honor sus muertos. Celebran.

Al llegar a casa, me digo: cuánto me habría gustado que esos miles que llenaban los cerros del inmenso cementerio, hubieran estado en el memorial del ojo que sigue llorando. Estos muertos, estos desaparecidos, también son suyos. Y cada vez —y con el permiso de sus familiares— un poco más míos.


Escrito por

Raúl M. Riebenbauer

Soy periodista. Desde hace años, dedico una parte de mi trabajo a la recuperación de identidades perdidas y a luchar contra el olvido.


Publicado en

Mi pie izquierdo

Con el permiso de Jim Sheridan —a quien pido prestado el título—, aquí van historias de compromiso, superación, memoria y cotidianidad.